miércoles, 3 de febrero de 2010

El Papel de los Medios ¿formadores o deformadores?

Juan Carlos Guzmán


Informar, educar, entretener, son las funciones deseables que los medios de comunicación deberían de cumplir, más sin embargo, al plantearnos la interrogante ¿en realidad las cumplen?, la respuesta es más que obvia. La mayoría de medios de información no cumplen con éstas, más bien cumplen a cabalidad disfunciones tales como: disfunciones narcotizantes, alienantes, transculturales y de erosión de valores.

En esa línea, las disfunciones narcotizantes están orientadas a absorber de forma absoluta la atención del individuo, logrando aislarle de su entorno inmediato, sumergiéndolo de lleno en la trama del programa que éste observa o escucha. Esta disfunción se asocia a desórdenes como la obesidad y la timidez.

Por su parte, la disfunción alienante[i] se presenta como un proceso mediante el cual un individuo es aleccionado o auto alecciona a su subconsciente por un proceso inintencionado, para llegar a creer algo, o fijar determinadas asociaciones mentales, generalmente con un propósito específico, logrando en el individuo la pérdida del sentido de la realidad, llevándolo a creer que puede realizar algún tipo de actividad o vivir una vida como la de las estrellas de Hollywood. A esta disfunción podríamos atribuir algunas acciones realizadas por parte de nuestra población juvenil, en las que imitando a los “héroes” de la cinta “Rápido y Furioso”, aceleran sus vehículos sin pensar en que los mismos se mueven en un entorno real, con posibles víctimas mortales, al cometerse un error al conducir a altas velocidades. O lo más escalofriante, a cometer un asesinato sin consecuencias.

Las disfunciones transculturales son aquellas que deterioran los rasgos fundamentales de una cultura determinada, propiciando los sincretismos, aunque como resultado de estos una cultura dominante absorberá por completo a una cultura recesiva. Dicha disfunción confirma la teoría de Herbert Marshall Mcluhan, en la que proféticamente afirmó que los medios nos convertirían en una Aldea Global. No es de extrañarnos que cuando recibimos la visita del familiar de Estados Unidos, este no presenta ninguna diferencia en su forma de vestir con la de nosotros mismos. Los patrones culturales de la Pandilla juvenil están respondiendo gradualmente a clichés globales, tanto en vestimenta, expresiones pictográficas, lenguaje, etc.

Finalmente, podemos hablar de una disfunción de erosión de valores. Utilizando el símil de la erosión de los suelos, se describe esta disfunción como aquella que propicia la pérdida gradual de valores en una cultura. A través de ciertos mensajes transmitidos, asimilados, almacenados y recuperados en la mente del individuo se suprimirán algunos de los valores incorporados en su sistema social. Por ejemplo el valor del respeto a los ancianos es totalmente anulado en la serie animada “Los Simpson’s”, en la que el abuelo Simpson es catalogado como una especie de estorbo, situación que rivaliza de forma dramática con el sistema de valores en Guatemala. Sin embargo la transmisión de mensajes amputados de ciertos valores produce cambios en los receptores. Otro ejemplo es la serie de la televisora FOX, “DEXTER”, en la cual se anula el valor de respeto a la vida, tomando en cuenta que el protagonista es un asesino en serie, lleno simpatía y atractivo, pero eso sí, sólo mata a delincuentes, mutilándoles y torturándoles.

Así pues, en el campo de los medios ¿quién es el bueno y quién es el malo?

Si recordamos que la ética estudia la moral y determina “lo malo”, “lo bueno”, “lo correcto”, “lo incorrecto”, “lo obligatorio”, “lo permitido”, en síntesis, el cómo se debe actuar, comprenderemos porque en el campo de los medios es cada vez más difícil determinar lo bueno y lo malo. Presentándolo de otra forma ¿quién es el bueno y quién es el malo?

Series como “Prision Break”, transmitida por el canal de cable FX, presentan un ambiente glamoroso dentro de la cárcel, dónde los reclusos tendrán un espacio para demostrar “cuanta testosterona llevo dentro”. Cintas como 60 minutos en la cual Nicholas Cage se dedica a robar autos y nos lleva al punto de anhelar que logre robar el vehículo en el tiempo establecido. ¿Dónde queda la moral? ¿Lo correcto? ¿Lo bueno?. La respuesta: escondido tras el glamur del medio.

Recordemos que los seres humanos somos propensos a la imitación y que los medios, tanto la televisión, como el internet se están convirtiendo en las niñeras de las nuevas generaciones. Es menester realizar un monitoreo de lo que los guatemaltecos jóvenes están asimilando.

Finalmente, cabe la pregunta, ante el real poder que ejercen de los medios de comunicación de masas, ¿cómo preservar la libertad de información ante algunas coaliciones de intereses económicos, políticos y mediáticos, que simplifican y manipulan claramente el debate acerca del valor de la persona?



[i] Se utiliza el concepto de alienación mental, que es distinto al concepto Alienación Marxista, Alienación Endógena y Alienación Social.


2 comentarios:

  1. Es un artículo que orienta y aclara bien el tema que trata. Lo recomiendo a los estudiantes de Ciencias de la Comunicaciòn y para el curso que el autor imparte en la Escuela de ciencia política, en el area de Sociologìa.

    ResponderEliminar
  2. Ante todo la elegancia Lic. Guzmàn, considero que el influjo cultural es inevitable dentro de la globalizaciòn de los medios, el tren de vida actual donde los padres tienen que trabajar durante el dìa, mientras sus hijos crecen frente a una pantalla, ya sea de tv o pc sin control alguno, es una realidad del desgaste de la calidad de vida de los guatemaltecos, que no pasa precisamente por lo econòmico sino por la calidad de tiempo que los padres pueden dedicarle a sus hijos.

    ResponderEliminar