miércoles, 28 de mayo de 2014

EL OCASO DEL PARTIDO PATRIOTA

Por: Douglas Barrios, Politólogo
Investigador, Instituto de Investigaciones Políticas y Sociales          

En  nuestro país todavía no existe partido político que se reelija después de haber llegado al poder Ejecutivo. La pregunta es si se llegará a dar algún día y cuanto tiempo falta para que  se haga realidad dicho fenómeno político o eso nunca se dará.

     En las elecciones generales del año 2015 el panorama se vislumbra que nuevamente tendremos dirigiendo el Ejecutivo a un diferente partido político, con la casi segura candidatura del señor Alejandro Sinibaldi, podemos asegurar que el Partido Patriota empieza un período de declive, recordemos que en las elecciones generales del 2011, este personaje participo como candidato a la Alcaldía municipal por la ciudad de Guatemala quedando en tercera posición por detrás del actual alcalde Álvaro Arzú y Roberto Gonzáles actual presidenciable de CREO.  

  Sinibaldi quien evidentemente gastó en su campaña tres o cuatro veces más dinero que los personajes mencionados anteriormente con compra de espacios de media hora en la mayoría de canales de televisión abierta y t. v. por cable más un sinfín de vallas publicitarias , mupies  etc., lo cual evidencia que aunque se tenga todo el dinero del Universo , no basta solo con este recurso para convencer a la población de  votar por  él, sino se necesita de varios factores más como  carisma, y el manejo de un discurso verdaderamente convincente para poder llegar a tocar el espíritu del electorado.


  Solo nos falta esperar a ver cómo evoluciona el terreno partidista en los próximos meses para poder aseverar que con la confirmación de Alejandro Sinibaldi quien como ministro de Comunicaciones se dedico a dejar las carreteras en muchos municipios sin terminar, y a publicitar en todos los medios radiales, televisivos y escritos , las obras que son su obligación hacer como jefe de la dependencia que representa, para  decir que el partido naranja se encuentra como todos los que han llegado a administrar temporalmente el Estado en vías de extinción.