viernes, 8 de mayo de 2015

Las elecciones de las redes sociales

Lic. Juan Carlos Guzmán
Instituto de Investigaciones Políticas y Sociales


Marshall Mcluhan en su libro, “Para comprender los medios de comunicación”, incluyó su célebre idea “el medio es el mensaje”, lo cual desencadenó una serie de reacciones académicas incluso, algunas de ellas descalificando su labor investigativa y de producción de conocimiento en materia de medios de comunicación.

Si fuese cierto ese planteamiento y si ambos elementos (medio y mens
aje) fuesen lo mismo y fuesen interdependientes ¿cuál sería el mensaje de las redes sociales como medio?

Las redes sociales, como bien es sabido son sitios de interacción social, hasta cierto punto un “lugar virtual de encuentro”. Los seres humanos (en su mayoría) poseemos una cierta “adicción” al intercambio de mensajes. Ejemplo de ello son  aquellas constantes llamadas de atención en las aulas de clase para que los estudiantes cesen de interactuar a través de intercambios simbólicos, lo cual les parece casi irresistible.

Por su sencillez y versatilidad fundamentada en la portabilidad que brindan los dispositivos celulares,  las redes sociales se han convertido en una herramienta necesaria en la transmisión de mensajes de vital importancia en nuestras actividades diarias.

Es bien sabido que Facebook, Twitter y Youtube, son las redes más populares en Guatemala. Pero, más allá de reflexionar sobre lo que las redes son, o lo que hacen, es importante pensar en lo que han significado para la dinámica política y social de Guatemala en estos últimos cuatro años.

El domingo 9 de mayo de 2011, es asesinado un reconocido abogado, identificado como Rodrígo Rosemberg, el hecho de que alguien sea asesinado en Guatemala, lastimosamente,  no es una noticia que escandalice a la población, tomando en cuenta los altos índices de violencia en el país. Sin embargo lo que causa revuelo es un video, el cual es transmitido a través de la red social Youtube, en donde el mencionado abogado anuncia de forma casi profética su eventual asesinato y responsabiliza a actores claves en la dinámica política del país, específicamente al presidente de turno, Alvaro Colom y su entonces esposa, Sandra Torres.

Dicho video fue viralizado a través de Facebook y Twitter, generando toda una crisis en el gobierno de Colom y la marcada indignación de un grueso sector de la población.

Este acontecimiento de viralización de mensajes a través de redes sociales mostraron a Guatemala el poder de estos sitios en materia de propagación de contenidos, pero más allá de la propagación mostraron su potencial para el posicionamiento e incluso la producción de ideologías y actitudes hacia determinados tópicos, así mismo evidenciaron su capacidad de convocatoria, pues se organizaron marchas y actividades demandando el esclarecimiento de este hecho de sangre.


Cuatro años después nos encontramos en esta coyuntura electoral, en donde pareciera que los hábitos de medios de los guatemaltecos han experimentado cambios.

 Todavía la televisión posee parte importante en la preferencia de medios  de comunicación, la radio aún posee su mercado cautivo y los periódicos no decaen en su número de ejemplares distribuidos, sin embargo para este año 2015, no es extraño en lo absoluto observar a cualquier persona revisando la pantalla de sus dispositivos móviles casi en todo momento.

Los medios de comunicación tradicionales (Televisión, radio y prensa) parecieran entrar en una especie de “sincretismo tecnológico” con las redes sociales, Con frecuencia se observa la interacción de los televidentes con los presentadores de noticias o los conductores de programas en vivo y en directo, en tiempo real a través de las redes sociales.

Pareciese que ahora, como oyente, lector o televidente se tiene  el poder de “aportar” o “ayudar” a construir el contenido de la información transmitida en los programas.

Audiencias más activas, participativas, menos pasivas, con poder de ser escuchados y poder opinar en tiempo real, en vivo, de costa a costa.

Si la participación de un  usuario de redes sociales es constante y activa,  casi se podría tener el éxito y la fama de una verdadera celebridad, y podría sacar del anonimato a cualquier mortal que tuviese acceso a estos medios.

Al mismo tiempo por el carácter cuantitativo de las redes (pues contabilizan cada acción) se constituyen en una herramienta eficaz en la medición del impacto de los mensajes transmitidos. No se necesita de una gran investigación para saber si los mensajes gustan o no. Simplemente basta con cuantificar el número de likes, retwett, favorito o el número de reproducciones para poder cuantificar y analizar el impacto del contenido colocado en redes sociales.

Por ello no fue nada raro que los partidos políticos viesen en estos sitios una oportunidad para construir redes de inclusión social, en donde se pudiesen congregar, contabilizar, controlar, motivar e interactuar con simpatizantes.

Pero lo más importante les permitió medir la cantidad de personas que los rechazan e incluso investigar a través de la lectura de comentarios, las razones que motivan el rechazo y a su vez escoger herramientas para construir sus ofertas políticas y de campaña.

Las redes sociales gustan a los usuarios, pues si el mensaje es adecuado, este mensaje tiene el potencial para ser reproducido varias veces y así masificarse, masificando al mismo tiempo el perfil que emitió el mensaje, otorgándole cierta fama y notoriedad instantánea.

Así mismo el usuario es productor y consumidor de información, lo que genera un sentimiento de importancia, pues se aporta al contenido de la red social y se es “aplaudido”, animado y estimulado con “likes”, “retwett” y reproducciones.



La red social representa un capital social, cuyos movimientos, crecimientos y descensos pueden ser fácilmente cuantificados.

Además permite reflexionar y escoger los contenidos a publicar, pues si se es cuidadoso, es posible formar un perfil casi perfecto, en donde todo es color de rosa, feliz y sin defectos. Esto permitiría la creación de una imagen positiva virtual, tan poderosa que podría proyectarse incluso en el mundo real. Aunque esta solo sea producto de la correcta escogencia en los mensajes, las imágenes, etc.

El actual proceso electoral está interrelacionado claramente con la actividad de las redes sociales. Un dato curioso, que tal vez no sea un secreto, es esa fascinación y alto nivel de influencia que las mismas ejercen sobre los estratos medios urbanos, en los cuales se ha observado que algunos contenidos transmitidos a través de redes sociales han creado, modificado o cimentado ciertos criterios de opinión pública.

Como ejemplo de ello, podría citarse la viralización del escándalo de supuesta corrupción en el Estado guatemalteco, denominado “Caso la Línea”, en donde el contenido de las distintas informaciones estaba presente en casi todas las terminales de teléfonos celulares en forma casi instantánea. La presión ejercida por las distintas opiniones vertidas en redes sociales fue tal, que el candidato a presidente por el partido oficial decide abandonar al Partido Patriota, en un afán de no “mancharse” con esa mala imagen hacia el Partido que se formaba en el mundo virtual y que de alguna manera se traslada a las mentes reales de los ciudadanos. Dejando de lado las aspiraciones del partido oficial a continuar en el poder.

Es muy común observar a diario distintos mensajes y “Memes” aludiendo y ridiculizando a personajes como Manuel Baldizón, Sandra Torres, Alvaro Arzú, etc. Lo importante de esto es que pareciera que el contenido de las redes sociales en Guatemala se inclina a la búsqueda de conocimiento y las reflexiones, aunque sea en el plano informal, de la realidad política del país.

Las redes sociales se están convirtiendo en esta coyuntura, en una especie de tribuna de debate y de construcción informal de conciencia política, lo cual posee puntos fuertes y débiles, pero en esta ocasión no es pertinente reflexionar en ello.

La participación de las redes sociales está creando una especie de ciudadanía virtual en dónde pareciese que los usuarios sí se interesan en el futuro político del país, son capaces de denunciar, son capaces de opinar y lo más interesante, son capaces de agruparse y de llevar sus actos al mundo real, ejemplo de ello la concentración masiva del 25 de abril, en dónde a través de un hashtag  “#renunciaya” se inicia una serie de pronunciamientos y llamados a la manifestación que logra la convocatoria de miles de guatemaltecos que se unieron buscando una causa común.

“Renuncia ya!”, un mensaje pequeño, fácil de recordar, de carga emotiva y con gran potencial para ser entendido, una forma muy efectiva de transmitir un mensaje y de volverlo eficaz.

Si nos atreviésemos a contestar la pregunta, ¿Cuál es el mensaje de las redes sociales en Guatemala?
Se podría decir que en este momento es: Participación, opinión, denuncia y movilización.

Pareciese que en este proceso son parte esencial en la creación y comparación de criterios que nos ayudaría a tomar decisiones más meditadas en materia electoral.

Es importante que en la academia se trate de dar más importancia a la investigación del desarrollo y dinámica de las redes sociales en interacción con los distintos fenómenos de la sociedad, por el momento solo queda continuar observando el desarrollo de los hechos y la evolución de estas tecnologías de la Información y la comunicación.


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